La Plaza Mayor con 140 metros cuadrados que fueron y siguen siendo el corazón de Lima, el lugar preciso en el que se fundó nuestra estirpe ciudadana. Pensada por el mismo Francisco Pizarro tras la fundación de la ciudad, en ella se encuentra lo que el historiador Raúl Porras Barrenechea describió como los tres protagonistas del drama español de la Conquista: el palacio de gobierno, la municipalidad y la catedral; la espada, la ciudad y la cruz.
Debido a los fuertes terremotos sufridos a lo largo de su azarosa historia, la Plaza Mayor de Lima casi no conserva ningún edificio original, La imponente fuente de bronce construida en 1650 es lo más antiguo de origen hispano que queda en pie. Construida por el virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, que reemplazó a la primera levantada por el virrey Francisco de Toledo en 1578.
Durante la Colonia, la Plaza Mayor de Lima sirvió como mercado, plaza de toros y como sitio de ejecución del Santo oficio. En 1821, el general José de San Martín proclamó allí la independencia del Perú. De ella escribe el cronista Cobo: “…la cual es la más capaz y bien formada que yo he visto, ni en España. Ocupa todo el sitio de una cuadra, con el ancho de las cuatro calles que por todos los cuatro lados la cercan, y así tiene de ver pues por los cuatro lados mide más de dos mil pies…”.
Actualmente, además de la catedral, el palacio de gobierno y el palacio municipal, la Plaza Mayor acoge al Palacio Arzobispal -a un lado de la catedral-, el club de La Unión y la Casa del Oidor, que albergaba durante la Colonia a un emisario de la corona española que asesoraba al virrey de turno. Esta casa posee unos hermosos balcones de celosías desde los cuales las damas limeñas podían observar el tráfico de la plaza sin ser observadas.
Hoy la plaza Mayor de Lima es un espacio seguro para caminar y el punto de partida obligatorio para toda caminata por el Centro Histórico de Lima.